viernes, 24 de julio de 2009

Una cultura de conspiración

Esto es algo sobre el tema de las teorías de conspiración y el pensamiento conspirativo que permea nuestra sociedad. Lo he traducido de archy, el blog de John J. McKay, del artículo "The intellectual dishonesty of Allan Quist". Los links y énfasis son míos.
Con demasiada frecuencia, un poco de pensamiento conspirativo es una delgada cuña que abre la puerta a un montón de pensamiento conspirativo.

Michael Barkun escribió sobre este fenómeno en su libro de 2003, A Culture of Conspiracy ("Una cultura de conspiración"). Barkun ha escrito varios libros sobre sectas apocalípticas estadounidenses y sobre las creencias religiosas de grupos racistas como Aryan Nations. Investigando estos grupos le sorprendió encontrar que los creyentes de una determinada forma de pensamiento marginal con frecuencia abrazaban otras formas, no relacionadas, de pensamiento marginal. Timothy McVeigh era un loco de los OVNIs. Los grupos de milicias [paramilitares] suelen prescribir alimentos naturales y medicina alternativa. Los ocultistas se transforman en cruzados contra la vacunación. La clave, explica él, es que todos estos grupos tratan con lo que él llama "conocimiento estigmatizado". Los conceptos básicos de las creencias de cada grupo han sido rechazados por las autoridades intelectuales. Estas autoridades, según se las percibe desde el lugar de los marginales, constituyen bloques monolíticos que utilizan su poder para suprimir la verdad según la perciben los marginales. Una vez que estos creyentes marginales dan el primer paso y rechazan la autoridad convencional en un área, se les hace más fácil rechazarla en otras áreas y, eventualmente, en todas. Una vez que se han acostumbrado a ver fuerzas ocultas obrando para suprimir la verdad en un área, es fácil aceptar las afirmaciones de otros creyentes marginales de que hay fuerzas ocultas suprimiendo sus verdades. El paso final es determinar que todas estas fuerzas ocultas son en realidad una única conspiración que lo abarca todo.
Creo que casi todos conocemos al menos a una persona que, ante casi cualquier hecho relevante, rechaza automáticamente la "versión oficial" para adherir a una hipótesis conspirativa, a veces verosímil, generalmente complicada, nunca (por definición) comprobable. No pretendo implicar, al reproducir este texto, que todos los que creen en una u otra forma de teoría de conspiración sean extremistas o locos que sólo ven conspiraciones por todos lados, pero me resultó interesante que se haya podido constatar, por medio de una investigación metódica, que efectivamente hay un hilo conductor y una correlación entre las creencias conspiranoicas.

1 comentario:

  1. Interesante ... A priori diría que el "hilo conductor" entre las sectas es la falta de pensamiento crítico.
    Esta observación sobre la cultura conspirativa explica un detalle importante: Los sectarios son capaces de finísimos razonamientos y agudezas en defensa de sus pavadas, pero esas capacidades JAMAS las emplean en analizar sus afirmaciones. El porqué de ello sería este sentimiento de orgullo por pertenecer al grupo de avezados observadores que no se engañan por la ciencia oficial.

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