El sábado a la mañana salimos con los chicos del grupo de fotografía a caminar por la costanera, desde el Parque Urquiza hasta el Parque España y de ahí hasta el Parque de las Colectividades. Hacía un frío de mil demonios, y viento, pero salió el sol. En el camino pasamos por los viejos galpones del puerto y admiramos la creatividad de los artistas urbanos.
Graffitis como éstos cubren las paredes. Lamentablemente, el entorno no favorece la contemplación artística, ya que además del peligro de los anzuelos voladores (pescadores distraídos), junto a los galpones y dentro de ellos hay okupas y vagabundos que piden monedas a los que pasan, cosa inofensiva pero no muy tranquilizadora.
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