Hace hoy exactamente 200 años que nació Charles Darwin, el naturalista inglés que legó a la humanidad la teoría de la evolución. Ésta quizá sea el hallazgo científico más importante de la historia: la explicación de cómo, a partir del proceso de selección natural, un antepasado común a todos los seres vivos pudo transformarse hasta dar origen a la multitud de especies que vemos hoy en día, incluyéndonos a nosotros, los primates superiores conocidos como Homo sapiens.
Los fundamentos de la teoría de la evolución son tan sencillos que, a primera vista, nos parece hoy increíble que nadie la haya descubierto antes. A Darwin, por sus creencias y por su prudente meticulosidad científica, le llevó treinta años compilar observaciones y decidirse a publicarlas. Hizo una labor impresionante, en una época en que no existían los viajes rápidos, ni las comunicaciones instantáneas a cualquier parte del mundo, ni redes informáticas ni bibliotecas online para compartir y comparar datos, ni grandes archivos fotográficos de plantas y animales de todo el mundo, ni una comprensión siquiera básica de la genética o la herencia. Y en un tiempo y lugar donde oponerse a lo que decían literalmente las Sagradas Escrituras podía equivaler al suicidio social y al repudio hasta de la propia familia.
Las teorías actuales no son la teoría de Darwin, pero las bases son las mismas. Los seres vivos se reproducen con variantes. Cuando una variante hace a un ser vivo más capaz de sobrevivir y más eficaz para reproducirse, sus características exitosas tienen más probabilidades de transmitirse a sus descendientes. Cuando un grupo de seres vivos se separa de otros de su misma especie, por sus diferentes ambientes pueden prosperar diferentes variantes, y eventualmente se separarán en dos especies. Así, desde un antepasado único surgieron los millones de especies que observamos hoy, más incontables millones, muchas más, que se extinguieron y quedaron en el camino, y que hoy sólo conocemos por fósiles o por simple inferencia.
Muchos dudan todavía de la evolución, o incluso la descalifican como "sólo una teoría". Pero una teoría no es una suposición, sino una estructura explicativa. Hoy en día la evolución se puede considerar un hecho, como son hechos la gravedad y la relatividad. Todos, los humanos, los chimpancés, los perros y los gatos, las margaritas y los colibríes, los hongos y los virus, las estrellas de mar y las águilas, somos descendientes de un único antepasado, hermanos y primos más o menos lejanos pero parte de la misma familia, que sigue creciendo día a día. Ése es el legado de Darwin.
jueves, 12 de febrero de 2009
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¡Muy feliz día! ^^
ResponderBorrarHola! Llegué a tu blog desde tu comentario en el grupo Uruguay de Flickr. Yo también festejé el cumple de Darwin ayer :-)http://www.flickr.com/photos/veluongo/3276246737/
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