No, no está muerto. Pero políticamente, al menos, estará en el freezer, o a la sombra detrás del Sillón de Rivadavia (si encuentra lugar). Alberto Fernández, Jefe de Gabinete de la República Argentina, es ahora ex- eso que acabo de escribir.
Y justo ahora que, después de cinco años, yo empezaba a acordarme de cuál de los Fernández bigotudos era Alberto y cuál era Aníbal. Creo que tuvo que irse porque su chispa, ésa que en los viejos tiempos le hacía competir sanamente con Néstor Kirchner por ver quién era más desagradable con la prensa y la oposición, se había apagado durante la crisis con el campo, en que se vio claramente que gritar y patalear y negar la realidad no servían ante un oponente firme.
Alberto Fernández será recordado como el tipo que dijo que los porteños votaban y pensaban "como una isla" porque votaron en contra de Cristina cuando los pueblos del interior y el campo (!) votaron a favor, o como el que alguna vez sentenció que en Argentina no había inflación mientras los tomates subían el 500%.
En mi blog "internacional" en inglés, D for Disorientation, escribí una larga nota sobre esta sorpresiva renuncia (muchos esperaban el cambio, pero no así). Este blog no pretende ser tan analítico y no voy a traducirme.
jueves, 24 de julio de 2008
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